18 de Agosto, 2018

Hiperpaternidad: ¿qué es y cuáles son las consecuencias?

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Como padres, exigir mucho a los niños y proponerles un sinfí­n de objetivos y actividades semanales para que sean competitivos o, en el extremo opuesto, facilitarles la vida hasta niveles extremos, es algo que los expertos llaman hiperpaternidad. Pero ¿qué significa este concepto?

La hiperpaternidad

es un término que especialistas como Eva Millet, autora de un libro llamado Hiperpaternidad: del modelo mueble al modelo altar, definen como un fenómeno de crianza y educación que se caracteriza por una atención desorbitada a los hijos. Los padres consideran que, para ejercer bien como tales, tienen que avanzarse a los problemas del niño y estar pendientes de ellos en todo momento, lo cual acaba siendo contraproducente, puesto que, de esta forma, impiden que los hijos se enfrenten a sus propios miedos.

Caracterí­sticas de los padres helicóptero y los padres apisonadora

Este fenómeno, el de la hiperpaternidad, que surgió en Estados Unidos y que se ha extendido rápidamente por Europa, tiene dos aspectos a destacar: por un lado, se encuentran los padres helicóptero, que corresponden al perfil de los que se encuentran orbitando alrededor de los niños todo el tiempo, anticipándose a sus deseos, y, por otro lado, están los padres apisonadora, una faceta de la hiperpaternidad centrada enallanar constantemente el camino de los hijos para que no se topen con dificultades.

¿Cuáles son las consecuencias de la hiperpatenidad?

La hiperpaternidad, por desgracia, impide aspectos fundamentales para el desarrollo infantil, como son la capacidad de esfuerzo o el tiempo para jugar: una de las actividades más fundamentales para el aprendizaje y, sobre todo, la felicidad del niño.

Pero esto no es todo, un niño educado bajo el seno de padres helicópteros y/o apisonadora recibe tanta sobreprotección que acaba sin saber cómo enfrentarse a la vida, o cómo aprender a enfrentarse a ella. De esta forma, la atención desorbitada está dando lugar a una generación de niños llenos de miedos y preocupaciones.

La hiperpaternidad, además, hace que los niños adquieran actitudes engreí­das y tengan una inflada noción de sí­ mismos, tal y como afirma Millet. Durante toda su vida, sus padres les han dicho que son muy especiales y que pueden llegar a cualquier lugar que se propongan. Sin embargo, y aunque suene contradictorio, son incapaces de resolver problemas por sí­ mismos.

Cristina Gutiérrez Lestón, una reputada educadora y codirectora de La Granja™, una fundación cuyo objetivo es mejorar la educación en España, afirma estar muy de acuerdo con Eva Millet, y añade que, en los 32 años que lleva trabajando en el sector educativo, nunca habí­a visto a tantos niños con miedos generados por la hiperpaternidad. Cuando los padres sobreprotegen a su hijo, es su propio miedo el que los está educando, su miedo a que no sean felices o no tengan amigos, lo cual acaba resultando contraproducente y frustrante para ambos, puesto que la vida está llena de dificultades (en el trabajo, en la escuela o en las relaciones amistosas y amorosas). Para Guitérrez Lestón, amar a un hijo no es evitarle constantemente las piedras del camino; el objetivo es que comprenda que, sea como sea, sus padres le querrán de forma incondicional.

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